domingo, 2 de octubre de 2011

Mito


Los mitos son una representación del ser humano y sus emociones. Si bien fueron realizados hace miles de años siguen siendo actuales, tanto, que muchos filósofos, directores y escritores siguen usándolos como inspiración en sus trabajos.

Pareciera ser que los seres humanos también se han inspirado en estos personajes para tener un ejemplo mejor elaborado de sus tragedias y de sus logros. Los mitos griegos siguen en el inconsciente colectivo ilustrandonos con sus vidas y fijando sus obsesiones en nuestras mentes. 

Es por ello que, con el nacimiento de la vida pública, muchos de los artistas, caracterizados por sus excesos y su vida al límite, han sido comparados con estas grandes figuras trágicas. Ya sea por coincidencia o destino, sus vidas cruzan en infinitas formas con estos seres míticos. 




El caso que yo vi fue la eterna Lady Di comparada con Perséfone, la hija de Zeus. No es que la princesa Diana haya sido raptada como lo fue Perséfone por Hades; o que fuera su madre, Démeter, quien la buscara por todo el mundo provocando el invierno. Lady Di se adentró a los infiernos por voluntad propia, si es que hay voluntad en el enamoramiento. 

Sin embargo Lady Di si estuvo condenada a los infiernos y su única salida fue la gente. Ella encontraba su redención o primavera en sus eventos benéficos, en la caridad y en su pueblo. Esa fue su escapatoria, su balance espiritual y psicológico. 

Al mismo tiempo la gente encontró refugio en ella, en su carisma y su gracia. La realeza no pudo volver a su estado original después de ella; la concepción de lo real cambio para siempre. Su partida, dejo un frío invierno en el palacio, o al menos así lo percibió la gente, y por ello la realeza ha tratado de encender de nuevo la llama, sin éxito alguno.

Perséfone se balanceaba entre dos mundos y con ellos el universo podía encontrar su equilibrio. Es por ello que un ser cada vez menos apto y estático como la realeza tuvo que encontrar el otro lado de la balanza, una transformación fuera de las paredes de mármol. El invierno encontró su primavera y la misma primavera la asesinó, dejando los palacios destrozados.

Lady Di murió por el mismo anhelo de la primavera por poseerla, por retratarla y por inmortalizarla. Desapareció y con ello se fue el balance, se fue el carisma y se fue la redención real. Sin una nueva Perséfone la primavera no puede regresar y probablemente no lo haga.  



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